¿Alguna vez te has preguntado cuál es la diferencia entre NTFS y FAT32 en dispositivos de almacenamiento? Aunque esta no es una duda existencial cotidiana, sí es una decisión con la que te vas a encontrar al momento de formatear un disco duro externo, una memoria flash u otro dispositivo.
Más allá de un tema de gustos, elegir entre NTFS o FAT32 va a determinar el tipo de archivos que esa unidad es capaz de almacenar y organizar, ya que cada formato fue creado para usos distintos. Por eso, para salir de la duda, aquí verás cómo se diferencian estos sistemas de archivos y en qué caso utilizar uno u otro.
¿Qué es NTFS?
NTFS es el sistema de archivos predeterminado de Windows. Cuando compras un computador, tu disco duro local vendrá listo para trabajar con este formato, así como el resto de unidades no extraíbles de tu computador.
Cabe destacar que, de todos los sistemas de archivos, NTFS es el más moderno y cuenta con características que no están disponibles en FAT32 y tampoco en otros formatos más antiguos, como exFAT. Algunas de estas características son:
- Admite permisos de seguridad para archivos.
- Hay un registro de cambios disponible para ayudar a recuperar los datos si hay errores o si el computador se daña.
- Permite cifrar la información.
- Se pueden establecer límites de cuota de disco.
- Hay soporte para archivos de más de 4 GB de tamaño.
Te puede parecer que nada de esto es útil para ti o que no interactúas con estas funciones en el día a día, pero, en realidad, todas estas herramientas son esenciales para que tu sistema operativo trabaje correctamente y para mantener tu información segura.
¿Qué es FAT32?
El sistema FAT32 es mucho más antiguo que NTFS. Se introdujo con Windows 95 y es el estándar para las unidades flash.
Si compras una USB, lo más normal es que ya vendrá formateada en FAT32, con lo cual tienes garantizada su compatibilidad en otros dispositivos como consolas de videojuegos, altavoces, la radio de tu auto y prácticamente cualquier equipo que tenga un puerto USB.
En términos generales, formatear en FAT32 solo tiene sentido para dispositivos extraíbles. Es decir, si sabes que necesitarás abrir un fichero en otro sistema que no funciona con Windows. Esto porque, como ya se mencionó, FAT32 carece de los permisos y otras características que refuerzan la seguridad de los datos.
Ahora bien, un aspecto importante dentro de todo esto es el límite de tamaño. Una de las razones por las que Windows creó NTFS es que FAT32 solo admite archivos individuales cuyo peso máximo sea 4 GB. Esto significa que, si tienes una película de 3 horas en 4K y pesa más de 4 GB, no vas a poder guardarla en una memoria USB con FAT32.
Por otro lado, la unidad debe tener una capacidad máxima de 32 GB en el caso de Windows. Si tienes una USB con capacidad de hasta 64 GB, no podrás formatearla en FAT32.
¿Esta es una desventaja? No necesariamente. Cada sistema tiene una finalidad de uso distinta, solo tienes que elegir el formato correcto para que no vayas a tener problemas más adelante.
NTFS o FAT32: ¿cómo elegir el mejor para cada situación?
Ya pudiste ver qué es NTFS y la razón por la que tu disco local de Windows viene en este formato. No obstante, también hay que tomar en cuenta que este sistema está hecho para unidades no extraíbles, y por eso su compatibilidad no es la mejor.
Si tienes un disco duro extraíble en NTFS, vas a poder usarlo sin problema en todas las versiones recientes de Windows desde XP, pero no en otros sistemas. En Mac, solo podrás leer el contenido del disco; en Linux, tendrás que habilitar el soporte para NTFS si quieres sobreescribirlo, aunque puede que en algunas ocasiones no sea posible y esté disponible únicamente en “solo lectura”.
Por otra parte, las consolas de PlayStation y la Xbox 360 tampoco son compatibles con NTFS, solo la Xbox Series X, S y One.
¿Cuál es el problema en todo esto? Que si tienes dispositivos de almacenamiento en NTFS y quieres reproducir su contenido en cualquier equipo ajeno a Windows, hay altas probabilidades de que no funcione. Y para eso existe FAT32.
Con todo y sus límites de tamaño, FAT32 es la mejor opción para dispositivos de uso multiplataforma por su flexibilidad. De hecho, al no incluir las mismas características de seguridad de NTFS, esto evita que haya problemas al mover el dispositivo de una máquina a otra y, al mismo tiempo, permite que los datos sean accesibles para todos los usuarios sin necesidad de identificarse.
Para una mejor comprensión, aquí hay un resumen de cuándo te conviene NTFS y cuándo es mejor usar FAT32.
NTFS | FAT32 |
Unidades de sistema de Windows. | Unidades extraíbles donde necesites máxima compatibilidad. |
Cualquier unidad que vaya a ser utilizada solo con Windows. | Unidades cuya capacidad máxima sea de 32 GB. |
Archivos muy pesados, como copias de seguridad de tus videojuegos o cualquier fichero que pese más de 4 GB. | Archivos que pesen menos de 4 GB. |
¿Cómo formatear en FAT32?
Una vez aclarado qué sistema de archivos es mejor usar en tu caso, solo queda saber cómo formatear un dispositivo de almacenamiento en FAT32. Lo mejor del caso es que esta es la parte más sencilla, solo necesitas:
- Conectar el dispositivo al puerto USB.
- Cuando el nombre aparezca en el explorador de Windows, haz clic derecho y selecciona “formatear”.
- Aparecerá una ventana donde podrás elegir el formato que deseas e incluso cambiar el nombre de la unidad. No hace falta que toques el resto de opciones, funcionará si lo dejas por defecto.
- Continúa y espera a que el proceso termine.
Si quieres confirmar que todo salió bien, puedes volver al explorador de archivos y hacer clic derecho en el nombre de la USB. Luego, haz clic en “Propiedades”, y aparecerá una ventana donde debería decir que el sistema de archivos es FAT32.
Con estos simples pasos, podrás comenzar a transferir archivos a tu unidad y visualizarlos sin problema, o escribir datos, en otros sistemas.
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